Resumen 1a parte. El material impreso: un viejo medio en el marco de proyectos educativos actuales (Lipsman, 1995).

El material impreso: un viejo medio en el marco de proyectos educativos actuales (Lipsman, 1995).
Haciendo una reseña histórica de los libros de texto en Argentina, donde se escribió el documento, aunque también aplicable en México, encontramos las distintas opiniones de aceptación o rechazo de los libros de texto en las escuelas. Podemos agregar que en México, desde 1959, impulsados por la iniciativa de la escolarización de masas, los libros de texto en la educación primaria han sido gratuitos (Martínez, S.F.). No podemos negar que desempeñan un papel fundamental en la trasmisión de la cultura y de la ideología para la formación del ciudadano: aunque por un lado sesgada por el gobierno dominante, por otro, se trasmite también un discurso homogeneizante, uniformando lecturas, contenido y actividades.
En los años 80, el libro de texto es influenciado por la llamada tecnología educativa, de orden tecnicista y conductista. Sustituyendo a libros de texto tradicionales, que apuntaban a ejercitar la memoria, llegaron los libros de texto denominados “activos”, de enseñanza programada, dando como resultado actividades impersonales y resultando muy costosos, por lo que bajó su demanda.
En la actualidad, las teorías educativas han resurgido, principalmente el constructivismo, tratando de mediar entre la tecnología, la psicología y la pedagogía.
Sin embargo, los docentes difícilmente se relacionan con un solo libro de texto, sino que buscan integrar su asignatura con materiales procedentes de diferentes obras, promoviendo así la “cultura del recorte”, donde circulan fotocopias, que los alumnos no saben de dónde provienen, resultando afectados los derechos de autor y las editoriales.

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